miércoles, 5 de noviembre de 2008

Despedidas de Madriz

Debo confesar como testigo falso que nunca quise ir a Madriz pero fui y ese es uno de los tantos dobleces con que la vida me mostró de que no era de convicciones fuertes, por lo menos no como mi abuela a quien apodaban ventarrón o mi otro abuelo que se vino desde alla a ver como eran las cosas aca, de eso nunca se dira bastante y siempre descubriremos nuevas historias.
Pero fue en Madriz donde saboree como se saborea a una mujer, las patatas bravas. Que habia ido con el flaco y Yaz a una despedida gastronómica el dia antes de empezar a volver que fue el mismo dia que llegué en mi ansiedad de hacer todo al instante y no hacer nada nunca o si, posiblemente este exagerando.
Tienes que probar esto!, que, que es?, espera y vas a ver.
Dos patatas bravas. Pero que es? o son?, papas, fritas con una salsa picosa que aqui hacen como en ninguna parte.
En Putaparti hacen muchas cosas pero ahi esta Saibaba y no permite los fritos.
Que el mozo vestido de naranja furioso me llevara a ese pensamiento fue producto de las alucinantes dimensiones de los acopios de cervezas, restos de comidas, comensales y restos bacanalescos tipicos de la zona.
las patatas, unos bastoncitos amarillos escasamente amarronados en bordes y puntas, muy calientes, descansaban en unos platillos blancos con una salsa cremosa rosada o anaranjada o no sè. Pero me olvide y perdi el rastro y el recuerdo del sabor hasta que Gustavo Salas (Sandro en su casa) llamó a reunión.
Esta es la receta:
Patatas bravas.

Ingredientes:

1/2 kilo de patatas.

3 dientes de ajo (sacale el germen).

Aceite de oliva (que no haya sido violado previamente).

"Pebrera" o cayena al gusto.

Una taza de salsa de tomate.

1/2 taza de coñac.

Perejil.

Una cuchara pequeña de pimentón picante (Español).

Salar a gusto

Preparación:

Se cortan las patatas a dados medianos y se ponen en una paella con aceite que esté tibio, después las doramos a fuego medio fuerte y las sacamos.

Reducimos el aceite y se fríe el ajo el perejil y la cayena o "pebrera" triturados, a continuación añadimos la salsa de tomate el coñac y lo flameamos (esta es la clave del sabor especial) por último añadimos el pimentón y removemos.

Vertemos el sofrito por encima de las patatas


Si no consigues patatas puedes usar las papas nuestras, las mas duras que si estan blanduzcas no enamoran a nadie joder!.

Pebreras son los ajicitos chiquititos.

Usa cognac añejo. si no consigues media taza, pues te sirves una y te tomas la mitad, nadie se dara cuenta.

1 comentario:

laura dijo...

Viví en Madrid en 1979. Recuerdo los gozos de la comida: la perplejidad ante los mercados de cualquier barrio que tenía puestos de aceitunas con barriles llenos de múltiples variedades -soy fan de las olivas, como dicen los españoles-, las pesacaderías, los frutos scos, los hongos -una rareza en la Argntina de esos años. Síntesis: eengordé 8 kilos en los primeros 2 meses. Nunca stuve tan gorda en toda mi vida.