sábado, 8 de noviembre de 2008

Cronica de un suspiro

A mi nunca me enseñaron, aprendi yo solito de los mejores maestros que tuve!.
Asi, sin vueltas J respondía a quienes querían apropiarse de unos saberes duramente trabajados durante toda su vida. Como transferir el roce de una lagartija azul y esmeralda de las piedras del curruhue?, de qué color sería el aliento del amor que dejo ir solo para ver como se iba?, tendría sentido para otro saber que el aire puro es dulce y las lagrimas amargas?.
Para responder a esa pregunta,... debería saber menos!. Nos dejaba a todos descolocados y entonces espetaba. Estoy en eso!.
El mundo siempre fue un algo inconmensurable pero propio, tanto es así que dudaba entre ser y confundirse en el todo. pero eso fue recién al principio, cuando el universo detrás de la puerta parecia mas amigable que una maraña de tropezones, saltos, gritos, azucar y vainilla azotando ahi nomas, en el patio. Tardó mas de 20 años de esmerada tarea darse cuenta de que no podía apropiarse del mundo de a poco, debía hacerlo de un bocado, de golpe. Subir al mundo y caerse en el, fue un golpe muy duro. Cualquiera hubiera desistido, vuelto a la oficina, a la brocha, el sudor malvendido, pero no, no iba a ser tan facil.
Entrampado como estaba en lograr que unas bolas de algodón flotaran como bolas de nieve en el escenario, apenas lo rozaba lo importante: no conocería la nieve hasta dentro de 21 años, subiendo a una montaña sagrada, respirando con dificultad. El toque frío de la mirada clandestina.
Pero para subir la montaña como dicen, el diablo metió la cola y urdió la trama de tal modo que no fue posible prever lo que pasaría. El viento en la montaña se quedo quieto, casi sin aire hasta salir del bosque. Unos pocos penitentes se guardaban de que nosotros escribieramos mensajes torpes para algun desconocido. Nuestro paso es leve, pero debe ser cuidadoso.
El toque no es igual para las distintas personas ni para las distintas gentes. Para algunos incluso esta prohibido, la distancia esta casi al borde de la extensión extrema de los brazos, para otros aun las bocas unidas son distancia, los hay que con solo compartir el aliento en un leve roce de narices llena de tensión sus cuerpos por largo rato. Entre nosotros hay tambien distintas maneras de tocar. Los niños suelen tocar sus cuerpos y tocar a otros sin error, sin mancha pero a poco de caminar entre nosotros aprenden a no sentir a no ver a no ser, hasta que encuentran a alguien que se los permite y entonces es como una iluminación. Pero a no engañarse, solo es el mero recuerdo de un tiempo donde todo estaba a la luz del alma.
Pero el toque sigue siendo importante, lo terso o lo aspero, lo frio o lo sudoroso, lo graso, lo que tiembla, puedes percibirlo cuando acercas tu mano a la piel de otro?. No creas que es facil.
J me decia que debìa mantener un contacto continuo una vez que habia empezado a tocar a alguien. De ese modo, el otro podia saber con certeza el ambito seguro de mis movimientos. Es algo que siempre considero pero no siempre hago al principio, me gusta ser comunicativo y creativo, elaborar mis propios recorridos, dejarme ir. Es asi que uno puede quedar al borde del desliz, aproximarse a donde no nos esta permitido, presionar, raspar, hacer crujir, romper, faire casser, emitir un sonido desgraciado y entonces es probable que todo lo dicho se pierda y no quede mas que nada.
Alguna vez me paso un desliz y tuve que apagar la luz, sonrojarme, abrir y cerrar la puerta y una vez fuera de la casa, sentirme en casa. La casa es el cuerpo, la mente viaja. El viento aun corre bajo los arboles, las hojas susurran, oidos sordos.
Un viejo maestro me señalo que el mejor inicio era con las manos, las manos relajadas, los ojos entrecerrados, abrir las manos con las palmas bocarriba, correr con los pulgares por todo el llano entre el pulgar y el dedo menor, seguir luego con los dedos y al final con la muñeca. Toques suaves con caricias profundas, seguir los musculos, buscar las articulaciones, intentar vencer las adherencias las concreciones.
Un libro apuntaba. Comenzar por la espalda, sobre el coxis con la palma ahuecada como si toda la energía del rechazo y de la propuesta se mezclaran en ese pequeño y remoto espacio del cuerpo. La mano tibia, la espalda quieta.
Para mi el primer toque es la palabra, suave, lejano pero a la vez personal porque aunque la mirada siempre esta primero y nunca, pero nunca hay que mirar a los ojos, cruzar miradas, la palabra bien empleada, da confianza, fluye como el agua y llega antes de llegar, si usted me entiende.
a estas alturas creo que ya se ha perdido pero no tema, en todo caso se perdera conmigo lo que no es garantia de nada aunque siempre he encontrado mi camino o el me ha encontrado a mi, sin querer. Fue así que descubri el sabor del otro. todos tenemos un sabor y es dificil saboraear, aprender a saborear pero siempre lo estamos haciendo. Que la leche materna es el primer sabor, tal vez, pero antes estaba el sabor del pezón turgente y mas antes del liquido amniotico y la sangre, y antes, yo aun lo recuerdo, el sabor dulce y acerado del aire frío.
Recuerdo muchas veces eso al tocar, hace poco aprendí a moverme con el aliento. hay veces en que el toque del aliento sobre la piel es suficiente, en la espalda, entre los omoplatos, detras de las orejas, sobre la boca, entre los dedos pequeños de los pies, las muñecas, el pelo, la panza, ... las uñas se deslizan casi rozando la piel. las manos dibujan runas en el aire, dije runas y no mudras y no estas prestando atención, te perderas en el contacto con los cuerpos, los sentiras vibrar y te absorberan. La piel tiene dos lados, el tuyo y el del otro, lo sabias?. De que lado estas?
si has llegado hasta aqui, le has hecho el amor tres veces: la primera al llegar, por eso es importante saber llegar, no se llega de cualquier modo, hay que sentir como fluye la intencion del otro, ser con el y tal vez solo tal vez, ser a traves de el.
La segunda al estar. Es siempre dificil estar, sostenerse, la tension es una melodía con variaciones. La mayor parte de nosotros resuelve con ayuda del otro o por intuicion el llegar pero casi siempre nos volvemos torpes palurdos al querer estar, siguendo nuestra propia intencion sin respirar, sin respirar!.
A mi siempre me costo estar, tal vez por eso empece a practicar el saber salir. Encontrarme en el despues, no perderme completamente en el hecho acción.
Estuve mucho tiempo sin tocar, por temor a no saber como salir. Y aun sabiendo, no puedo dejar de tocar, de estar aqui, de salir y volver a entrar.
No puedes dejarte llevar como yo te he traido hasta aca, no es solo ceder, si no eres, para que tocarte?

4 comentarios:

Javier dijo...

Muy bueno, lo que no pude entender a que te referís con el toque, es un manoseo tipo franela o una cosa mistica?

Javier dijo...

No pibe, el toque es una manera de tocar, no se puede ser una persona completa si no tocas. A quien?, yo no quise decir o proponer eso, el mundo es tangible, puedes tocar el arbol que esta cerca tuyo, sentir su corteza, seguir sus heridas, rozar sus hojas, sentir el viento entre sus ramas. Si puedes, haz eso mismo con las personas. Mira, escucha, siente, fluye. Y recuerda, el que piensa pierde y el que deposito dolares deposito dolares.

laura dijo...

Lo más profundo es la piel, dijo alguien hace años. Y sin embargo la tratamos como si no existiera.
Torpemente la aplastamos, la magullamos, la apretamos. Ella se deja, porque casi no tiene formas de oposición -tan profunda, tan superficial es.
Primer aprendizaje: la propia piel. Hay que descubrirla y recorrerla como si se estuviera pintando negro sobre blanco. Cada centímetro no recorrido se muestra inconfundible. Después hay que reconocerla contra otras otras cortezas -abrazarse a la piel del aire, sumergirse en la piel del agua, aferrarse a la piel de los árboles, recostarse en la piel de la madera, refregarse en la piel de un gato suave, arrimarse a la piel de la gente.
(Hace unos años acompañé en el tránsito a un gato moribundo acostándolo en mi torso, piel a piel. Una de las imágenes que siempre me conmociona es la de los recién nacidos desnudos sobre la panza de las madres desnudas, calmados de la violencia de la llegada a este mundo por la piel)
Y después descubrir la multiplicidad del goce: de las pieles suaves, de las pieles ásperas, de las pieles rugosas -y arrugadas-, de las pieles turgentes, de las pieles húmedas, de las pieles secas, de las pieles fragantes hasta casi la náusea, de las pieles sutilmente insípidas ... and so on.
Y, como dice Javier, aprender a estar es lo más difícil. Creo que en parte es difícil porque al meternos en el río, el río nos modifica y nosotros modificamos al río.
Como se está viendo, un problema que tiene el sentido del tacto es que ha sido restringido al uso de las manos, cuando en realidad podemos tocar con todo el cuerpo. Aunque las manos se merecen un capítulo aparte.
Pero ¿a quién no le gusta que le toquen la coronilla con el metatarso? ¿o el coxis con el esternón? ¿o el homóplato con el homóplato? ¿o las lumbares con un susurro?
Y el que apuesta al dólar pierde. Ya lo dijo algún ministro de economía.

laura dijo...

Los suspiros son aire y van al aire, decía Gustavo Adolfo, las lágrimas son agua y van al mar, decía el tipo, cuando el amor se muere, ¿sabes tú a dónde va?
Me cachis en Gustavo Adolfo y todos los románticos que nos dieron parte de la educación sentimental que tenemos.
Erró como todo llanto, cantaban los redondos. Y esa sí que es una gran verdad.
Inevitablemente errónea reitero, me repito, y el alma se me muere otro poquito más.
pescado podrido, pescado rabioso.