domingo, 28 de septiembre de 2008

la máquina empática

Camina por las calles y ve un perro. Es el perro.
Siente el hambre del viejo linyera revolviendo los tachos de basura. Y se pone en pedo con el otro linyera que duerme la mona en la terminal de retiro a las 7 se la mañana.
Es la puta vieja que con cara de cansada busca un cliente. Y siente el asco de la puta vieja por todos los hombres que le pagan 10 mangos. Siente en la boca el gusto a semen.
Es un jubilado con gorra que se sienta en un bar a esperar a otros dos jubilados con gorra con los que habla de los achaques, de la Cristina, de las jubilaciones y de lo mal que anda Pami.
Y súbitamente siente un beso de 15 años en la boca y tiembla toda. Hay una parejita de pendejos en la parada de un micro dándose un beso que es el primero o el último.
Ahora en la punta de los dedos tiene una hoja tierna. Es el viejo gingko del zoo. Y es primavera.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Y el pescado estaba podrido. No Monoliso?

"Y el pescado estaba podrido. No Monoliso? Son las 3 de la mañana y L me deja pensando.No puede una mina dejarse llevar por su ser femenino propio que tiene que andar copiando a estereotipo sexual autoimpuesto. Por que sufrir". Dijo alguien en algún lugar recóndito.
Y sí, la verdad es que los estereotipos nos matan, Monoliso. Y hay vexes en las que se performa lo propio y hay veces en las que se performa lo ajeno. Eso sí, lo de auoimpuesto está por verse. Porque cuando la senhora se deja llevar por su ser femenino propio nadie se da cuenta de que es una senhora. La toman por un ocelote, por ET redivivo, por un manojo de plancton (¿se dirá manojo al colectivo de plancton?), por un burgués pequeño pequeño, por drosofila, por un barco encallado, por una erinia, por un pincel chino, por una bruja buena, por una enciclopedia, por la guía telefónica, por un zorrájaro verde, por una raca raquítica, por un parlante enloquecido, por un teléfono descompuesto. Cuando se deja llevar, la malinterpretan. Cuando no se deja llevar, la juzgan. Al carajo con todo, dice la Senhora. Identificarse con la imagen que los otros tienen de una, dice la Senhora, es una lucha. Y se da la media vuelta para ir al mercado de pájaros, como en el verso de Prevert.
a la marosca, se armó la rosca

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El extraño suceso del camionero, su pavita y la desaparición del agua potable

La noche no había llegado y J ya estaba listo. Un listo que no significaba otra cosa que estar poseído por una ola de ansiedad por salir de ahí, de esa realidad que atosiga, atrapa, atornilla y se queda quieta, sin hacer nada. J quería, intuía que en cuanto saliera de acá, las cosas cambiarían.

Una campera verde, clásicas en esa época de los militantes de izquierda casi como las barbas. J usaba una tipo canguro y otra de bolsillos grandes, enormes, casi incómodos. La barba todavía no le crecía y comenzaba a suponer que era lampiño. Campera verde y barba era como ser un che en la selva?. Improbable.

La cuestión es que la campera, unas remeras, malla, zapatillas, ropa interior y enseres para lavarse y cocinar cayeron por la boca de la mochila en forma cuidadosamente desordenada, antes de ir hasta la casa del Choclo, un tipo que siembre se ubicaba más allá de las fronteras que J se imponía rutinariamente. El padre del Choclo tenía una casa de lámparas, de luminarias que se acumulaban caóticamente en sus estantes en el taller que estaba en una casa vecina. Los bronces y el orden desmañado le daban un aire gitano que apenas disimulaba en su laburo y cuando nos hablaba del arte. A la casa no llegaba nada de eso y nos parecía uno de esos personajes que llevan una doble vida. Con el tiempo puedo pensar que todos los padres llevan una especie de doble vida, no muy frecuentemente una vida que entusiasme y seduzca. El viejo del choclo pondría bajo de George Harrison dentro de una simpática réplica de The Beatles local.

El viaje comenzaría a la mañana siguiente por eso harían el aguante toda la noche en casa del Choclo, J y otros más.

Es una fija, aun en sus mejores epocas el ómnibus local nunca llega a tiempo. La certeza de que hubiera pasado conversaba con la ignorancia de cuando volvería a pasar. Matizado con una hojas de maria, mates y nada solido para acompañar. Salir temprano un domingo es sinónimo de ansiedad, esa que me persigue desde la concepción porque no creo en los certificados de nacimiento, debo ser algo menos que nuevemesino.
Pero es que no recuerdo si, no, tengo la imagen borrosa de una plaza, redonda y arbolada de un verde recien hecho y un micro rojo que se tardo una vida en aparecer como si uno tuviera todas las vacaciones por delante.
Los Hornos, Olmos, Echeverri, calles y casas, el sol en la espalda y los riñones atosigados de tanto bulto.
En esa epoca no habia un puente, solo un cruce, dos cintas grises que se pierden en el destino y solo una que tiene sentido, el sur.
Y toma el tren hacia el sur que alla te ira bien! pero no, ibamos a dedo asi que tronamos: el idiota que nos lleve por las rutas argentinas hasta el fin!...
Al medio dia, el perro y yo seguiamos aturdiendonos con los escapes, el sol y los bichos.
A veces uno tiene suerte, a veces la suerte lo tiene a uno que no se da cuenta y pisa el palito.
Muchachos, voy hasta Maipu, apunta un camionero y subimos. Un camion ford, aspirado, blanco como diente de vieja, llevaba vino en botellas en cajones de botellas apiladas asi nomás, a Maipu. No hay nada en Maipu pero seguro que se atajaba de dos que podrian ser muy pesados en el viaje para alguien que no habia dormido en las ultimas 33 horas y necesitaba compañia.
Hasta aqui, no he dicho nada nuevo, ni sobre esa pavita azul enlozado con tapita negra e interior sospechoso ni del camionero cuyo destino construyo una historia que todavia no termina.
El pampero empezo a soplar cuando nos acercabamos a la laguna la adela. Un cartelito verde apuntaba el nombre, por eso lo digo, no se si es asi o no, un campo de aguas con juncos, una linea de casitas tristes, no mas de 9, de una planta, arbolitos ralos, como talas, el viento que se enrulaba como perro buscando asiento. el pueblito, si le cabe el nombre, estaba a unos metros antes del puente, al fondo una arboleda, eucaliptos, los otros no son arboles, son plantas asi, a la defensiva, como si les hubieran querido robar algo y nada. A mi me gustan.
No esta muy lejos del cruce, hora y media, en un camion lento y zangoloteante en su cadencia de baches, curvas y dudas. Pasa o no pasa, no le da!,apura!.
Por eso la adela esta ahi, para que el tipo se despierte y diga con su voz de camionero - no se si hay una voz de camionero, pero uno la imagina, asi como cansada, grave, carrasposa como si toda la tierra del camino le hubiera sacado pedazos a la garganta - `Paramos!.
- Pibe,fijate ahi atras - todos los camiones tienen un atras en la cabina que es una caja de pandora - que hay una garrafa. Vos, a ver si ahi enfrente, en el bar te dan agua para el mate,dice señalando la pava. Tres cuartos litros de agua.
El perro que se baja y arregla lo de la garrafa. Yo: Me cruzo!.
El bar era una de esas taperas..., mas bien un remedo de las viejas pulperias como la de esquina de crotto. La puerta apenas abierta adivinaba a un grupo sentado a una mesa,cartas o dominó, no recuerdo ahora pero si tengo bien presente el mostrador de madera, trapezoidal y oscuro, oscuro como el aire denso que goteaba en las sombras que se traspiraba de una lampara ciega y la mirada lenta del dueño.
Buenas!. Necesito agua par el mate si pued ser?.
No pibe, aca no hay agua.
Un bar sin agua?. ni envasada?
Pero si, o por lo menos asi parece.
Y donde consigo agua yo?
Aca no hay agua potable, es salada. Tenes que caminar unos trescientos metros para alla (señala la laguna) que hay una bomba.
Bueno, por lo menos vamos en esa dirección pense.
al salir, uno de los comensales que sube a una camioneta apunta,
Te llevo!.
Irma Jusid me diria despues en una sesion de analisis, no no no no,pibe, moviendo sus inices y su cadera, no te subas ahi, quedate en el camion.
Una hilera de arbolitos asi como crispados se atornillaba sobre el alambrado y marcaba la frontera entre lo publico y lo privado. En el limite, una construcción de concreto y hierro. La bomba?. yo siempre tuve un espiritu de aventura, espiritu que siempre me metio en problemas y me consumio en fantasias explosivas.
La camioneta paró. El tipo, un gesto que me dice, es ahí pero parece que está abandonada, fijate. Yo tengo que seguir para las casas. bajarse con la pavita haciendo balanceos, cerrar la puerta y sentir el polvo levantarse desde debajo de la camioneta gris. Habia estado muchas veces asi, durmiendo en cajas de vehiculos traqueteantes, respirando de a bocanadas en la caja vacia de un camion recolector de basuras, haciendo equilibrio sobre la pala de una topadora a centímetros de un piso que se escurre tambien bajo los pies.
La construccion es un cubo hueco de cemento de un metro y algo de alto por casi un metro de lado, sucio y viejo, quebrado por el sol como testigo de una epoca en que servia para algo. ahora era una decepción.
Mire sobre el hombro, a unos cientos de metros el camion, el camionero y el choclo permanecian alli, esperando. Di vuelta y comence a caminar.
Las hierbas son blandas y verdes, no dejan ver el suelo hasta que llegas casi al borde del camino. Una bocanada de viento sucio me avisa, un camion pasa delante mio. Y alla van, el camion, el camionero y el choclo hacia el sur y yo. Yo solo con la pavita, con unos pocos pesos, un pañuelo y la sed. De nuevo a hacer dedo, a pedir transporte a sentir el sol sobre la espalda.


domingo, 14 de septiembre de 2008

A4, tocado

Como lo hizo?, hijode putas!

Con todo el oceano del mundo, será posible y yo que no tengo un mango para levantar la apuesta.
El gordo no puede, no sabe como, pero tampoco ya lo intenta. es imposible zafar de los cosos esos que te esperan en la escalera, el baño, el bufet para sacarte la apuesta. Guita perdida.

Pero eso fue hace mucho tiempo. Ni el curvón encuentra espacio en la memoria para retener los clop, tap, tic top tan, chikn de las fichas y pelotitazos de madera de los metegoles.

Silencio, No vayan a despertarse y quede todo sin hacer. es el intento y no el acto lo que nos pierde apunta un alcahuete.

En un rincon, carpetas de invenciones y sudores se amuchan como monumento de arte efímero al conocimiento improbable.

Ayer nomas en el Errazuriz, un tipo como Rodin, contradictorio con su tiempo o tal vez, mas en su tiempo que el conjunto de sus contemporáneos inventó la belleza rota. No es raro que un escultor proponga temas como el beso, pero Auguste tiene ese toque que cualquiera envidiaría, besar así, ser besado así, parece como si los cuerpos estuvieran en la sala de al lado, sin sospechar de nuestra presencia, sin saber de la mirada que se desliza por la sombra de la espalda y descubre las piernas cruzadas en un movimiento imposible.

A4, tocado, hundido Gustavo, hundido nuevamente sin que te dieras cuenta te traje hasta aquí y te hundi en un miserable pielago de calamidades.
Tu tambien Laura.

viernes, 12 de septiembre de 2008

RIP

Nadie -ni siquiera el Reverendo Martínez- me va a quitar la posibilidad de terminar con lo que empecé. Lo inconcluso, lo pendiente, pesa que pesa sobre la pobre cabeza.
Bestia, burra, epítetos que ofenden a los animales. Si hasta una humana como pudo hacerlo.
RIP
labruja

martes, 9 de septiembre de 2008

domingo 5 de agosto de 2007


domingo 5 de agosto de 2007

primera entrada

Hasta una bestia como yo pudo hacerlo. laura

Tremenda honestidad, casi radical fue el debut de este singular atronamiento de la realidad cotidiana.
No es que laura sea una bestia torpe (que lo es), bruta (cuando quiere), es mas bien que se prefiere bestia que no bestia.
Otros, para que vamos a hablar de los otros. Si hasta laura los rescata del silencio y transcribe.
Un mes despues de los 365 días bisiestos de 2007, se termina el Blog.
Asi nomas, pif se acabó se van todos a la reconchadesumadre

Asamblea

Al viejo nunca le simpatizaron esas formas de no hacer. Para el, las asambleas no tenían ni por mas que se le de vueltas al asunto, razon de ser, utilidad pública, rentabilidad, destino. Claro, si parece que se chocaran las ideas sin salir torpemente del cuello de botella que le imprime eso que llamamos panico escenico.
Agarradas las ideas como los pocos pesos que me quedan en el bolsillo, enamorados de las pelusas que se juntan allí donde llegan los dedos solo cuando los nervios de decirle al deseo que uno la quiere y que esos pechos rabiosos de tanto esperar, saben a la papaya verde de los cines de enero.
Las asambleas mas primarias que recuerdo ya ensayaban las letras de los que meten los garfios, arrasan, apropian, escupen y sudan sin saber porque. Las asambleas mas primarias que recuerdo se armaban - porque se armaban, no eran una cosa negociada, diseñada, pergreñada - cuando la bocha se ponía en juego y uno paca y otro paya decidia si el partido era equilibrado o sobraba. Carasa era uno de esos. No me extraño que despues se fuera por donde se fue.
Pero esas asambleas eran funcionales, urdidas por los incipientes lideres fundamentales del potrero, el playon de tierra con o sin arcos, de inspiraciones carentes de oxigeno que rebotaban esperanzadas.
Las segundas asambleas no tenían una utilidad inmediata o si?. El lugar era un salón rectangular de casi dos plantas porque si bien tenia una planta alta no era esta mas que un pasillo casi una cornisa con unos ventanucos al fondo desde donde aquellos que no se nombran y medran en la obscuridad con la asquerosa apariencia incierta de los mosntruos de Lovecraft, esperan. Esperan a que uno se descuide, pierda el silencio, se deslice sobre su humanidad y quede expuesto. Ahi está, anotalo a ese, el de pelo largo y chaqueta verde, detrás del piano. Sacale la foto, no, no se puede, lo tapa el gordo, ese gordo puto, correte mierda. Y se salvó.
El gran salón no era el mas grande pero tenía butacas, quietas en el suelo sobre resortes y cueros duros, gastados de tanto tano bruto y gallego atravesado roncando. Y las ventanas abiertas, atentas a disparar la fumata al cielo urbano, particulares fumatas, rojas, verdes, blancas fumatas de bosque incendiado.
Me llevó unos 30 años descubrir algo, algo importante, visible, oneroso, cobarde que en ese momento no noté, entusiasmado como estaba en construir mi mundo, Y esos tipos singulares, iconicos como icaros en el ruido de las voces quietas, nombres que vienen a la memoria, memoria que viaja a las nostalgias. Detrás los temores, los amores, destinos inciertos, algunos truncos.
Empecé a darme cuenta de que todo era incierto. Todo se cambiaba. Todo como nada como si nada era un movimiento en movimiento. Buscar la identidad en la acción, peces en el agua, encontrar el sentido de la accion, a babor!, poner en accion la identidad, paciencia en calma chicha.
En el rio de la plata no hay plata. Misterio de ladrones que vienieron por lo que no habia y se llevaron todo a ninguna parte.
En el colegio nacional una nación dio paso a otra y a otra mas, sin cambiar ni una coma. El patio no se presta!, el cielo sigue siendo azul y blanco como si Belgrano ayer nomas lo hubiera descubierto.
De esas cosas, nunca. pero nunca se hablo en la asamblea, ni de los padres sin empleo o con pocos pesos, ni de la piel suave que miraba de tan cerca que mi beso tropezó con su mirada y tosí.
Puede uno ser tan pelotudo?
Si hoy hubiera una asamblea (vengo de una, soy un asambleista consuetudinario si es que esa palabra dice lo que quiere decir), me haria el pelotudo, le daria el beso y no le pediria disculpas, para que? esta de mas.

La ultima asamblea en la que estuve fue en lo de laura, el flaco humeaba con sus cigarros venecianos mientras mi mente naufragaba como si ya no quisiera saber mas. Abajo la calle de los suspiros recuperaba su nombre.