martes, 30 de diciembre de 2008

dialogos C3

En la calle 54 hay mucho espacio para caminar, poca gente y arboles añosos.
A metros está el gimnasio donde iba a buscar a Carolina cuando ella no queria verme mas. salen una tras otra y ella no, no ha ido, por que? talvez porque intuye que estaré alli.
- Dejala
- Que? tropezando
- que la dejes, no te hagas el pelotudo flaco
- a quien, quien sos? . aun sorprendido
- no te importa un carajo, dejala
Ahi, me despierto, siempre con una sensacion de impotencia como cuando el negro me cruzó y rayandome el capo del auto me sentenció; vos no podes pasar mas por aca!.
Suerte que terció el Chaza con, che, que es un amigo, dejalo...
Chaza era un personaje que conocí en mis tiempos de artesano, que fueron mas largos de lo que uno deseara pero estuvieron bien. Lo conoci en la feria de 49, un viejo hippie si se puede decir. Ahi estaban varios tipos de otras epocas y otros mundos, Tomba, zapatero, Rocambole, dibujante, Jesús, metalero, Luis, ex bancario, Ferioli, fenicio. Chaza compartia con Pinchevski el hermano del violinista y Manego un estand.
Te estoy contando esto para que sepas de entrada que soy un cagón, no te voy a salir a defender ni me voy a poner el uniforme de milico por vos, perdoname pero es así.
Gustavo apoya la cabeza mojada entre las dos almohadas, hundiendose en la sombra que cubre la cama. En su cabeza esta la sensacion de electricidad que le recorre el paladar, le eriza la piel y le moja los ojos, temor y reacción la llama, sabe que saldrá a flote pero antes debe pasar por eso, despues no podrá mirar atras, tambien sabe eso.
No está solo, en la habitación, sentada en la tenue luz que entra por la ventana está Luján. Luján en sus dificiles 15 años, tiene un pulover azul con una franja horizontal roja que ha tejido ella misma. Es la hermana mayor de tres. Su pieza, donde están ahora da a una terraza. Subieron allí al amparo de la noche por una escalera angosta. La puerta cedió facilmente y una vez adentro volvieron a estar juntos.
El aire es dulce, las lagrimas saladas, el sudor amargo.
Ella lo mira, lentamente. Hace muy poco que se conocen, se conocen muy poco aun.
La noche no se muere todavía y me despierto. Hace mucho calor y tengo que salir a la terraza, las baldosas color terracota estan calientes, mas calientes que el aire sofocante. Miro sobre los muros bajos que nos separan de los techos vecinos. Techos por los cuales alguna vez se fugo mas de uno. Porqué fugarse por los techos, porque las puertas son peligrosas, puede haber alguien afuera.
En cambio los techos, los techos tienen el refugio de las estrellas
- y el riesgo de caerte y romperte la crisma, bajate de ahi que si te ve mi vieja se arma. Lujan.
Y me baje, despacio como haciendo equilibrio. la pared es aspera como si fuera de piedra pomez. De nuevo sobre el piso caliente.
- Que calor, no?
- Es verano, espera que llegue el invierno y te vas a cagar de frio con esta estufa.
- igual
- Esperame.
Bajo por la escalera que copiaba el contorno de las paredes como un abrazo tanguero. Su mano apenas rozaba la escalera de hierro y barrotes color verde y oxido. Desapareció en la oscuridad.
Y yo me quedé solo. En la ciudad, en el centro, siempre hay un murmullo que no es ruido. Ventanas abiertas a la noche, pocas luces. El viento que susurra entre las ramas de los platanos de la avenida 51.
Me acoste sobre el piso caliente, me saque el calzoncillo y quede asi como flotando la noche bocarriba.
- que haces!. Te digo que no te asomes y ahora estas tirado como muerto en el piso, desnudo. Y ahora encima se te para!.
Me tapé. Un galán se hubiera levantado y la habría abrazado dandole un beso mortal en la boca, callandola. Yo no.
- Veni.
Habia subido silenciosamente la escalera. Yo no la habia escuchado. Traía un balde con agua. Abajo estaba la cocina y un lavadero. En la noche habia visto o se habia acordado del balde y lo trajo, lleno de agua, agua fresca.
- te lo tiro yo?
- nooo, dejame a mi.
- mas bajo te dije. sacate el calzon que se te va a mojar
Levante el balde, esos baldes plasticos, rojo este, de frescos 5 o 10 litros, de un saque me lo zampé sobre la cabeza. De golpe una cortina plateada me oculto las estrellas y de la vista de Lujan.
El agua caia en un gorgoteo por el drenaje. gloc, gloc.
- Queres mas?
- Y si te quiero a vos que decis?
- Que te doy una toalla y que te calles.
Y la toalla que tenía en la mano voló hacia mi cabeza, reboto y quedo colgando como un fantasma de mi pene mojado.
Lujan ensayó una risita y dijo:
- así está mejor, deja el espectáculo y vamos a dormir.
- vos no querés mojarte, ensaye para no dejar que se fuera asi nomas
- no, dale que es tarde.
- mejor me voy, asi no tengo que esperar a que el recorrido este libre mañana.
- bueno, aliviada.
Me vestí y empezamos a bajar, la escalera del patio, atravesar la cocina, el living. Uno de esos living de piso de pino tea, tablas largas que siempre te delatan y vos queres ser como el shaolin de la tv y no. No hay caso.
- Suerte que no estás gordo, me digo en voz baja
- chit. me reta lujan
bajar la escalera que da a la puerta de acceso.
- un beso?
- chau
- te veo?
La puerta se cerró detrás de mi.
Otra escalera mas hasta la galería, abrir la puerta plegadiza, enorme que cerraba la galeria, caminar entre los negocios muertos y salir, ahora si a la noche, el pelo mojado, queriendo tener un poco de lluvia en la cara antes de ir al trabajo. Por suerte no trabajaba yo en esa epoca porque vivia con mis padres y solo tenia que estudiar. Cosa que hacia bastante bien porque me gustaba pero no lo suficiente. Nunca es suficiente, como todos sabemos en algun momento de nuestras vidas.
- Y eso es todo.
- Ah. El doctor Siki por un momento retorna de su ausencia observadora.
- Si, tengo a veces ese sueño. pero la chica no era Lujan.
- Porqué usted le cambia siempre el nombre a la gente?, se ha dado cuenta no?
- Tiene razón!, Yo siempre pensé que era una especie de reflujo del tiempo que pasamos en la clandestinidad. Yo estaba en la política, creo haberle contado.
- si, la politica.
- si, en realidad llegué aqui por recomendación de un amigo común
- no me diga
- Malsano, fuimos compañeros en la secundaria
- Tormento Malsano?
- El.
- Si.
- Qué?
- Usted estaba diciendome sobre la clandestinidad. dice revisando sus notas.
- Ahh. Pero eso fue hace mucho tiempo
Silencio
Miro, observo, pienso que no se que hago ahi. Suspiro. Pienso que ya pagué. Pienso mal de Tormento. Me arrepiento porque el no tiene la culpa.
- Y, borrabamos todo, las agendas, las guias de telefono, los regalos, los libros con anotaciones, las cintas...
- que cintas?
- yo tenía un sony portatil. Hoy sería ademas de una pieza de museo una valija pesada. Pero lo llevaba a varios lados y tenia cintas, casettes les deciamos en esa época.
- Siga
Suena un timbre quedo a lo lejos.
- Y nos llamabamos por otros nombres, no nombres de guerra tipo, el angel, el tigre, que se yo, no otros nombres comunes
- un codigo?
- si.
- Notable.
- por?
- las sectas, tambien las religiones suelen asignar un nombre distinto a las personas que se suman a ellas, como un renacer
- le regalo mi renacimiento entonces, terminamos acá?
- Si usted quiere?
- Nunca me va a dar nada sobre lo que pueda trabajar?.
- Esta usted trabajando sobre si mismo, no lo hace tan mal
- gracias, necesitaba eso.
Saliendo uno se cruza con los que esperan casi siempre pero aqui no.
El dr Siki atiende en un departamento interno de la calle 3. En el departamento 1, atienden unas chicas, y no se si son clientes o no, ni de quien los personajes que cruzo en el pasillo.
Una morocha está parada casi junto al arbol de la calle, un robusto acer negundo, de esos que insisten en quitar de todos lados. No es un arbol lindo pero la morocha si y esta cantando con voz gruesa y ronca.
- Yo tengo unos ojos negros, quien me los quiere comprar?
Me apuntaría pero no. No hay peor cosa que la persona que se enamora y yo me enamoro facilmente.
- chit
- doctor Siki?
- quiere que lo alcance?. Sacando una moto verde manzana, un sueño que en manos del dr, podría facilmente convertirse en pesadilla.
- me gusta caminar, gracias.
- como prefiera y arranco, no sin hecharle una mirada a la morocha y decirle;
- Para comprar hay que saber vender
- Ja, ja, nos vemos Poyo!
Le quite el candado a la bici, me subi y me fui. Cantando bajito como quien no quiere saber mas, Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir
y, al fin, andar sin pensamientos, Perfume de naranjo en flor,promesas vanas de un amorque se escaparon con el viento.

3 comentarios:

Javier dijo...

sabias que a los chicos los agarró la inundación en febrero y que les llevó todo?
Cuando volvieron a la casa, entre el barro que tapizaba las paredes hasta casi dos metros, dieron unos pasos, los ojos llorosos.
Gustavo tomo un atado de cigarrillos y lo encendió con los fosforos que dejaba siempre sobre un estante justo sobre la marca del agua sucia. Estaban secos. Pito dos veces y lo tiró, no fumo mas. Ella lo miró fascinada.

Javier dijo...

Van tan apretados por la calle que no falta un guaso que les grita, Cogetelá ahora
Hay cosas triviales para unos que se quedan en el alma de otros por tantos años. No son las frases, ni la oportunidad, es la sensación desgraciada de la mala leche.
El auto gira en la rotonda, saltando entre adoquines desparejos, no levanto la vista. Como serán ahora los ojos de Luján?. Se que los míos no son ya azules como el cielo, son sangrientos.

laura dijo...

-Sigo caminando, sigo caminando y no tengo que mirar. Pero tengo la sensación de que se me huele el miedo. Que desde lejos se nota el miedo que tengo y que me inculpa. Nada, nada, no pasa nada. No paran, ¿paran?