domingo, 28 de septiembre de 2008

la máquina empática

Camina por las calles y ve un perro. Es el perro.
Siente el hambre del viejo linyera revolviendo los tachos de basura. Y se pone en pedo con el otro linyera que duerme la mona en la terminal de retiro a las 7 se la mañana.
Es la puta vieja que con cara de cansada busca un cliente. Y siente el asco de la puta vieja por todos los hombres que le pagan 10 mangos. Siente en la boca el gusto a semen.
Es un jubilado con gorra que se sienta en un bar a esperar a otros dos jubilados con gorra con los que habla de los achaques, de la Cristina, de las jubilaciones y de lo mal que anda Pami.
Y súbitamente siente un beso de 15 años en la boca y tiembla toda. Hay una parejita de pendejos en la parada de un micro dándose un beso que es el primero o el último.
Ahora en la punta de los dedos tiene una hoja tierna. Es el viejo gingko del zoo. Y es primavera.

3 comentarios:

Javier dijo...

A la una a las dos a alas tres, vendido el beso de 15 al señor con Parkinson y sombrero de la derecha!.
Laura tiene sueño por las mañanas y se le nota. LLendo de su cama al Retiro, a encontrarse con el. Son las 2 de la mañana y que?.
Las pulgas arman un bolonqui sobre el lomo de mi perro sin pedir permiso. Y el perro zapatea, nervioso contra la puerta.
La maquina no tiene respuesta.

laura dijo...

Pican las pulgas y patalea junto con Morito -y hasta con Tyron.
Yendo de la cama al living, Laura besa al adolescente y desciende al infierno de las clochardes.
¿Quién entiende que la máquina empática no discrimina?

Javier dijo...

mais, quesque une clocharde. ca viens de cloche nest pas?
toute la pluie tombe sur nues, la poid frais, le ciel obscure.
et les mains comme des fleurs de lis qui tremblen lightenning the fleet in dance.
Capischi