martes, 27 de noviembre de 2007

de entonces a ahora

He pasado, si se puede hablar de ámbitos y épocas de la vida, por la infancia con su barrio y sus zanjas, por la escuela con aulas y recreos en lluvias de hada; por el colegio, universo abriéndome universos paralelos de fuego, fierro, y alma; por la colimba con mi par de hermanos extras, y la facultad, donde haciendo tierra en tierras desconocidas ame el sano credo del descubrir que desprecia a la conquista.

Después, el entrañable resto de la vida, tan intensa, tan demente, deliciosa, y triste, tan amarga como dulce, apasionadamente insana y cuerda… pero jamás tan pura, inocente y confiable como cada parte de lo de antes…

Me encandilaron premios sonsos. Me angustiaron derrotas aun más sonsas todavía. Conté monedas, conté deudas y también conté poesía. Medí con vara, y también a puro ojo. Calculé acciones con números y decimales, y también anduve como hoy elijo ir andando a tientas. Me miré al espejo torpemente satisfecho con la tranquilidad de la nada que rodeaba mi silueta. Llegué a cosas, y me deshice de varias otras, y hasta me di el lujo de lamentar haber llegado repetidamente a nada. Até nudos, corté sogas, subí a botes sosteniendo amarras para no abandonar la vuelta, y subí a balsas hechas de tengo que conseguir mucha madera dándole la espalda a cuerdas que se guardaron el retorno desperdiciado allá en la nada.

Conocí gente, y fundamentalmente emociones. Sentimientos elementales, raros, y repetidos; únicos, finos, inmundos, y despreciables; indignantes, admirables, envidiables, vulgares, e irreconciliables.

También conocí emociones, y fundamentalmente gente. Honorables, leales, y cobardes; mentirosa, grandiosa, y deplorable; conocí ejemplos y ejemplares como ejemplo de lo potable y ejemplares de lo intolerable. Criminales, asesinos, héroes, muertos, y renacidos; desaparecidos, reencarnados, y sobrantes; despreciados, incondicionales, e indigentes, ángeles y duendes. Estuve cerca de víctimas, y más que seguramente de victimarios. Tuve y tengo mi primer amor, como tuve y tengo una última pasión, que quién sabe si será la próxima, o ésta que me mantiene vivo y sin inercia.

Fundamentalmente he conocido gente buena, y tantos me han llegado al corazón… …
Pero jamás como aquella gente de épocas tan inocentes, tan vírgenes, tan puras…
tan reales y tan creíbles… … sorprendentemente, hoy tan esenciales…

Tratar poder seguir pudiendo sorprenderme… …creer mas que lo permitido… …soñar mas allá del sueño mismo,… arriesgarme al fuego de ojos ajenos, … … peleándome con el entrañable resto de la vida que se ensaña en poner mas y mas espuma…

… …encontrar quien puede seguir pudiendo sorprenderse, creyendo mas que lo permitido, o que lo aconsejable, soñando mas allá del sueño mismo… arriesgarse…

Nunca estaré perdido… años y ámbitos de la vida, si se puede hablar de tales, guardan la sorpresa intacta, siguen fabricando sueños para el insomnio impuesto, audaces creen rebelándose a cuanta realidad intentara hacer sumisos, y encuentran fuego en ojos innecesariamente ajenos… ….

A mis amigos, a esas épocas, a ese estado de las cosas y de las almas de aquellos días, y, por fortuna, de estos que quietos esperan nuestra vuelta… … poder decir los quiero, como no hizo falta nunca que así lo hiciera…

Un abrazo el poyo

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